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Nosotros Leonardo y yo, Rosa, arquitectos sostenibles, veganos y respetuosos del medio ambiente,  hemos diseñado junto a nuestro hijo ilustrador y futuro diseñador gráfico, nuestra página web.

Allí podrán obtener toda la información sobre nuestros servicios como arquitectos de obra nueva, reformas y restauraciones sostenibles, tanto de viviendas como industriales.

Todo bajo parámetros sostenibles, bioclimáticos, ecológicos y con ahorro energético.

Podéis informaros de quienes somos y nuestros principios de vida, que lo vinculamos con la arquitectura directamente.

Además de conocer sobre nuestra formación profesional, tambien podrán apreciar nuestros proyectos y obras sostenibles: (viviendas sostenibles y bioclimáticas, nave industrial sostenible), y nuestras aficiones, como:( libros escritos por Leonardo: "El despertar en el fin de los tiempos" y "Metástasis", un canal You Tube "Excess of Love" donde Rosa presenta una teoría sobre "Salir de La Matrix" en varios videos).

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Estaremos encantados de poder ayudaros a realizar el sueño del proyecto de su vida y colaborar con Gaia, ya que esta bastante lastimada.

Visita a la exposición de Alphonse Mucha en Madrid.


     Ayer visitamos la exposición de Alphonse Mucha, en el Palacio de Gaviria de Madrid. La experiencia fue extremadamente conmovedora e impactante; salimos de ella como levitando, llenos de música y  placer, sintiendo que fue una experiencia trascendental, al interactuar por más de dos horas con el trabajo titánico de un  excelso ser humano. Realmente valió la pena y la recomendamos plenamente.









     No quiero extenderme y referirme a lo ya trillado en cientos de libros y páginas de Internet, como que era un gran artista y un gran exponente del estilo Art Nouveau de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Quiero referirme al ser humano con gran contenido espiritual que descubrí entre sus obras, en ese destartalado pero enigmático palacio madrileño.






     A través del recorrido de la exposición se fue desvelando progresivamente la filosofía del prolífico artista, quien fue  miembro de la masonería francesa, llegando al elevado grado 33 de maestría. Navegando entre  sus obras comprendí que el autor pretendía llevar belleza no sólo a las clases altas y burguesas de la sociedad parisina, sino al resto de la población, con la idea de humanizar y educar al género humano para alcanzar la anhelada confraternidad y  paz entre las naciones europeas.
    

     De sus primeras obras me impresionó la calidad de las filigranas que enmarcaban o componían sus diseños, con líneas rectas  perfectas que se empalmaban sin saltos a curvas cerradas y abiertas de manera perfecta. Parecían hechas con Autocad. Realmente admirable. Las mujeres retratadas eran jóvenes, saludables, con porte clásico, con poses sensuales entre flores y hojas, cuyos rostros eran tranquilos, joviales, pintados con colores planos, con la expresividad concentrada en la mirada y un halo espiritual rodeando sus cabezas. Sus dibujos eran magníficos, bien proporcionados, con trazos seguros, representando poses expresivas pero sin llegar al manierismo, cuyas manos dibujadas en la mayoría de obras transmitían gran fuerza e intención.  











     La segunda parte de mi análisis lo  quiero dedicar al período posterior a 1910, con un Mucha pintor desconocido para mí -he de confesarlo -. Cuando estaba en la cúspide de su fama, cuando todos lo adoraban ofreciéndole  muchos encargos de  carteles, anuncios publicitarios, ilustraciones de libros y diseños de joyas e interiores y todo tipo de objetos, el artista estaba  inconforme con su estilo, que se había transformado en algo muy comercial. Mucha sentía que el arte debía enarbolar causas elevadas, espirituales; además, quería apoyar a su pueblo en busca de la independencia. Entonces pasó a trabajar otros estilos y formatos, demostrando  gran dominio de la pintura al oleo, de luces y sombras, de la composición, del manejo del espacio,  con motivos mitológicos o cotidianos. Pero siempre con la figura humana como elemento presente y jerárquico de sus obras.  





       En ese sentido, a continuación quiero destacar una obra monumental y ambiciosa, que le llevó muchos años de esfuerzo titánico, que pudo realizar gracias al patrocinio que consiguió de un acaudalado empresario de Chicago. Al conocer y contemplar este trabajo denominado Epopeya Eslava, compuesta por veinte obras de gran formato -el más grande de 8,00 x 6,00 metros- , quedé estupefacto, con la mandíbula desencajada, pues Alphonse Mucha demostró tener el nivel y la madera de los grandes de todos los tiempos, un genio semejante a Rafael, Tintoretto o el mismísimo Miguel Ángel. Y lo digo sin exagerar. 




       Obviamente, estos cuadros no estaban presentes en la exposición de Madrid, sino en forma de vídeo. Los pintó en un castillo, entre 1910 y 1928. Los originales fueron salvados de los Nazis y actualmente están en la Galería Nacional de Praga. Con ellos el artista quería narrar el pasado histórico de su país y región, con el fin de hermanar los pueblos y festejar el origen rico y heterogéneo de la  cultura eslava.







    
       A partir de 1936 - cuando los aires de guerra se propagaban de nuevo por Europa- Alphonse Mucha proyectó su obra culmen, un tríptico a manera de mensaje de paz para toda la  humanidad, denominado La edad de la razón, La edad de la sabiduría y La edad del amor; pero lamentablemente no llegó a finalizarlo. Paradójicamente, en 1939 fue capturado e  interrogado por la Gestapo, y días después,  a los 79 años de edad murió de neumonía. 
    Realmente Alphonse Mucha fue un gran artista  y un noble ser humano, cuya obra expuesta y su  filosofía me marcaron profundamente y quería compartirlo, porque el arte definitivamente debe ser lo que expresan sus obras: un canto persistente a la belleza, hogar de la espiritualidad, buscando establecer las bases de un respeto permanente para la  convivencia pacífica en el planeta. 





   

La primera ciudad de EEUU alimentada solo por energías renovables



Tomado de  Diario ELPAIS, 04/01/2018. 

Las proteínas de origen vegetal.





       Existe una gran desinformación con respecto al consumo de proteínas en el ser humano. Los vegetarianos y veganos estamos demostrando que es posible estar sanos consumiendo proteínas de origen vegetal, superando el mito de que sólo con las de origen animal es que se puede sobrevivir y estar sano.  Lo cierto es que en el mundo vegetal existen  productos con tanta o más proteínas  que los del reino animal y con grandes beneficios si comparamos ambas actividades, en cuanto a  reducción de emisiones contaminantes en su producción -en aire, agua, tierra-, de las posibilidades de contraer enfermedades   y de la explotación de recursos valiosos como agua,  energía, territorio o biodiversidad.  
      Ahora bien, lcantidad diaria de proteínas recomendada varía en función de factores como el tipo que se consuman o nuestra masa corporal, pero se generaliza en  0,8 gramos por cada kilogramo de nuestro peso. No obstante, si nuestra dieta se basa en alimentos exclusivamente vegetales, la recomendación de consumo diario de alimentos con proteínas es superior, ya que, debemos obtener una mayor diversidad de aminoácidos, pues las proteínas que podemos encontrar en los alimentos vegetales son en su mayoría simples, es decir, contienen sólo un pequeño número de los aminoácidos que necesitamos.       
     Por ejemplo, para una persona que pese 70 kilogramos con una dieta alta en alimentos con proteínas de origen animal, la cantidad de proteínas que debe consumir diariamente es de 56 gramos. En caso de tratarse de una persona que consume principalmente alimentos con proteínas de origen vegetal, la cantidad diaria recomendada  debería ser proporcional a su peso, de forma que si pesa 70 kilos, debería consumir 70 gramos diarios de proteínas, en caso de pesar 80 kilogramos la cantidad de proteína recomendada al día sería de 80 gramos.     
     Para que cada quien saque sus conclusiones, a continuación colocaremos una lista con el porcentaje de proteínas que se obtienen de 100 gramos de cada producto (extraída de las  páginas httpa://proteinas.org.es, https://www.ecoagricultor.com y  https://www.mujerdeelite.com/guia de alimentos).  

  • El lomo embuchado contiene 50 gramos o 50 % de proteínas y sólo 8 gramos de grasa por cada 100 gramos.
  • La soja contienen  casi 37 gramos de proteínas por cada 100 gramos. Además contiene la mayoría de aminoácidos esenciales,  a excepción de la metionina, la cual se puede completar combinándola  con otros alimentos como los cereales.
  • La semilla de cáñamo, que por cada 100 gramos aportan 580 kcalorías, 45 gramos de grasas, 37 gramos de proteína vegetal, 7 gramos de carbohidratos, 5 gramos de agua y 3 gramos de fibra. Contienen además minerales como magnesio, zinc, calcio,  hierro y vitaminas como la E. 
  • El queso magro  tiene hasta un 39% de proteínas y bajo contenido en grasa. El queso manchego curado contiene 32 gramos de proteína por cada 100, sin embargo, presenta un alto contenido de grasas, 35 gramos. Según esté menos curado, el queso manchego reduce su cantidad de proteínas.  
  • La leche desnatada en polvo contiene 35 gramos por cada 100 gramos, con tan sólo un gramo de grasa. 
  • El jamón serrano contiene 30,5 gramos de proteínas por cada 100 gramos de producto.  
  • El maní o cacahuete contiene  27 % de proteínas. 
  • Las lentejas  tienen un 23,5%.
  • El atún contiene un 23%.
  • Los guisantes el 23%.
  • El queso Roquefort  un 23%.
  • La pechuga de pollo un  22,8%.
  • Semillas de lino 22,5%. 
  • El fiambre de pavo un 22,4%.
  • El chorizo y el jamón cocido un 22%.
  • Las sardinas en conserva tienen un 22% de proteínas.
  • La carne de cerdo no grasa tiene 21,2%.
  • La carne de buey no grasa un 21%.
  • El pescado Bonito un 21%.
  • El queso de Cabrales contiene un 21%.
  • El filete de ternera proporciona un aporte de 20,7 % de  proteínas.
  • La carne magra de vacuno un 20,7%.
  • El pollo a la parrilla un 20,6%.
  • El hígado un 20,5% de proteínas.
  • Las cigalas, langostinos, gambas un 20,1%.
  • Los garbanzos un 20% de proteínas por cada 100 gramos.
  • Las almendras tienen un 20%.
  • La carne magra de cerdo  un  20%.
  • La morcilla, un 19,5%.
  • La carne de cabrito un 19%.
  • Las judías blancas alrededor de un 19%.
  • El pescado rape y el salmón  tienen un 19%.
  • El cordero tiene un 18%.
  • Los pistachos tienen un 17,6%.
  • El bacalao un 17%.
  • La carne semigrasa de cerdo contiene un 16,7 % de proteínas.
  • El pescado llamado lenguado o la pescadilla contienen un 16,5 %.
  • Los caracoles un 16,3%. 
  • La merluza un 15,9% de proteínas.
  • El atún en escabeche contiene un 15%.
  • La nuez 14,4%.
  • La avena un 14%.
  • La clara de huevo tiene un 11,1%.
  • La quinoa un 10%.
  • El Tofu 8%.
  • El champiñón 4,2%.
  • El brócoli 3,5 %.
  • La espinaca 2,6 %.
  • La berenjena 1,2%.


El problema con el consumo de carne.






     De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el consumo de carne Per cápita a nivel mundial experimentó cambios importantes en las últimas décadas, pasando de una media de 26 kilos en 1970 a 41 kilos  en los últimos años, con países como Estados Unidos a la cabeza con  120.2 kilos. Se prevé que la producción mundial de carne se incrementará más del doble, pasando de 229 millones de toneladas en 1999 a 465 millones de toneladas en 2050 y que la producción de leche crecerá de 580 a 1043 millones de toneladas. Y las consecuencias negativas para el planeta serán enormes.
       En la actualidad, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) el sector ganadero genera más gases de efecto invernadero –el 18%, medido en dióxido de carbono (CO2)- que el sector del transporte. Además, genera  el 65% del óxido nitroso (proveniente del estiércol), 64% del amoniaco (que origina lluvia ácida) y 37% del metano que genera toda actividad humana y que  son  liberados   a la atmósfera. Lo más grave es que esta actividad es la causante de  la  degradación de tierras y ecosistemas, la contaminación del agua dulce y su  consumo exorbitante, pero sobre todo, de la  progresiva pérdida de biodiversidad en el planeta.
       El informe de la FAO y el Comité Directivo de la Iniciativa para Ganadería, Medio Ambiente y Desarrollo (LEAD) llamado “La larga sombra del ganado, 2006”, explica que la ganadería destina el 70 por ciento de la superficie agrícola –es decir, sólo el 30 % de la agricultura es para consumo humano-  y el 30 por ciento de la superficie terrestre del planeta.
       La tala de bosques para crear pastos es una de las principales causas de la deforestación, en especial en Latinoamérica, donde el 70% de las selvas del  Amazonas han desaparecido para destinarse a pastizales. Y esas tierras se deterioran por el abuso, pues  cerca del 70% de las tierras de pastoreo en las zonas áridas están degradadas, a causa de la erosión causada por el ganado. Por otro lado, el  sector pecuario es el responsable del 8 %  del consumo mundial de agua, principalmente para la irrigación de los cultivos forrajeros, siendo la mayor fuente de contaminación de este vital producto, a raíz de los desechos de los animales, antibióticos y hormonas; productos químicos usados en las curtiembres, fertilizantes y plaguicidas usados en los cultivos forrajeros y sedimentos de pastizales erosionados.
       Y la relación entre el consumo de agua y la producción de carne es totalmente irracional: para producir un kilo de carne de vacuno se  requiere de 15.300 litros de agua (100 veces más agua que para la producción de un kilo de cereal o de verdura), 50 m2 de selva tropical y  produce igual CO2 que el de un coche recorriendo 250 kilómetros. Por otro lado, para "producir" un kilo de carne bovina son necesarios 9 kilos de cereal como la soja, cereal que paradójicamente, podría saciar el hambre de muchísima más gente, dotándonos de las proteínas que requerimos, pues  con 2 kilos de éste cereal, se podría saciar el hambre de unos 8 niños.
       Con estos datos podemos comprender, que la producción de carne es un absurdo que destruye el planeta. Y  la situación empeora día a día.
       Esta actividad es una de las culpables de la pérdida exponencial de la biodiversidad mundial, estimándose que en la actualidad la extinción de especies es entre 50 y 500 veces más alta que la registrada en toda la historia del planeta. 15 de 24 ecosistemas que proporcionan importantes servicios ambientales están en declive. Hoy día, la ganadería constituye cerca del 20 % del total de la biomasa animal terrestre y el 30 % de la superficie terrestre que ocupa, estuvo antes habitada por fauna silvestre. 
       Pero ¿Es sano comerla?
       Según la Organización de las  Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)  necesitamos 20 gramos de proteína animal Per cápita al día, o 7,3 kilogramos al año, que puede lograrse  mediante un consumo anual de 33 Kg. de carne magra o 45 Kg. de pescado o 60 Kg. de huevos o 230 Kg. de leche. No obstante en octubre de 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS)  comunicó a todo el planeta que comer carne procesada (como salchichas, beicon, jamón, chorizos, hamburguesas, etc.)  puede causar cáncer. Concretamente, advirtieron que consumir 50 gramos diarios de estos productos, aumenta un 18 % el riesgo de desarrollar cáncer de colon,  páncreas o prostático.  Fue una noticia impactante que hizo reflexionar a la población del mundo, pero que días después pasó al olvido. Lo cierto es que la OMS a través de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) evaluó cientos de evidencias científicas (800  trabajos de un grupo de 22 expertos de 10 países)  y determinaron que las carnes procesadas entraban en el Grupo 1 de sustancias más peligrosas para la salud, considerados  cancerígenos para  los humanos, junto al tabaco, las bebidas alcohólicas, el amianto o el plutonio.
       En el caso de la carne roja no procesada (ternera, cerdo, cordero, caballo o cabra), las evidencias no son tan concluyentes, aún así, la OMS las ha elevado al Grupo 2, donde las  sustancias  se consideran probablemente carcinógeno  para el ser humano.    
       Y es un problema social enorme, ya que el sector pecuario representa  el 40 por ciento del producto interno bruto (PIB) agrícola, genera empleo para mil trescientos millones de personas y medios de subsistencia para mil millones de pobres en todo el mundo. No obstante, con los cambios de hábito a nivel mundial, toda esta mano de obra podría pasar a beneficiarse de la agricultura y la producción de proteínas de origen vegetal que requiere muchos menos recursos. 
       En conclusión, el consumo de carne requiere de  ingentes cantidades de agua, superficie  y energía, produciendo destrucción de ecosistemas y biodiversidad, vertido de hormonas, químicos, gases de efecto invernadero a la biosfera, haciendo de  la actividad un  hábito o  costumbre alimentaria totalmente insana, insostenible e inconsciente.
      

    













Exposición de proyectos de Taller. Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela.

     Desde noviembre de 1996 hasta el año 2001,  trabajé como profesor a dedicación exclusiva de los Talleres de Composición Arquitectónica, en la Facultad de Arquitectura y Arte,  Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela. 





     Fue una experiencia extraordinaria porque debía sacar lo mejor de mí -cuando contaba con apenas 27 años-, para ofrecérselo a unos jóvenes veinteañeros que estaban llenos de ilusión,  pasión y creatividad. 
     Y no era una labor fácil, ya que debía prepararme constantemente para ofrecer de manera fluida, eficiente y creativa el pertinente conocimiento arquitectónico, pero sobre todo, el refuerzo positivo necesario para exaltar el ánimo y autoestima. No obstante, también recibía información y afecto en igual o mayor proporción, en un proceso dinámico de retroalimentación sin precedentes para mí.
     Porque en el Taller, un profesor es uno más y debe coordinar de manera general los ejercicios y las actividades diarias según un programa preestablecido, pero  son ellos, los alumnos, quienes deben marcan el ritmo de acuerdo a su energía, curiosidad y motivación, generando mancomunadamente las directrices, los posibles  temas a abordar, la dinámica del esfuerzo físico e intelectual, al desvelar progresivamente su naturaleza y expectativas más profundas. 
     En definitiva, fue  un trabajo muy enriquecedor; años muy intensos donde aprendí muchísimo de mis alumnos y de mis compañeros de trabajo. 
    Quisiera aprovechar la oportunidad para  agradecer a los profesores Rubén Araña, Orangel Estrada, Ángel Custodio Molina, Humberto Corredor, Irma D´Lacoste, José Rodríguez O., Olegario Diez y Riega, Nelson Ramírez B., y Juan de Dios Salas C., por las enseñanzas que me dieron, así como, por  el  apoyo incondicional que me ofrecieron en esos buenos tiempos. 
    Para finalizar, quisiera ofrecer un tributo a todos los profesores universitarios de Venezuela, porque su labor docente se hace  monumental en los tiempos aciagos que se viven en la actualidad.
     (Encontré unas fotos de esa época, tomadas durante una entrega de proyectos en el taller que dirigía y acá las exhibo con orgullo y añoranza.) 























































Los arquitectos María Rosa Mesa Méndez y Humberto Corredor.


Algunos de los inolvidables alumnos. 


       

Datos personales

Mi foto
Madrid, Madrid, Spain
Ambos son arquitectos y esposos, veganos (1994). Siempre les ha interesado el medio ambiente. Durante los años 1991-1994 trabajaron como miembros fundadores del grupo ecologista CREE (Centro de Recuperación de Especies en Extinción) en Mérida Venezuela, cuyo objetivo principal era la educación ambiental para evitar la extinción de especies como el oso de anteojos (Tremarctus ornatus) que habita en las montañas andinas. Desde 1996 hasta el 2001 Leonardo Berbesí fue profesor de proyectos arquitectónicos en la Facultad de Arquitectura y Arte de la Universidad de Los Andes, en Mérida, Venezuela. Ambos realizaron el Máster en Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática en la Universidad Politécnica de Madrid, durante el año 2002 y desde esa fecha han trabajado como colaboradores en distintos estudios de arquitectura, aportando sus conocimientos e interés en bioclimatismo y la sostenibilidad. En el mes de noviembre de 2008 obtuvieron la homologación del título de arquitectos estudiando en la Universidad Camilo José Cela de Madrid y ahora están trabajando de manera independiente y colaborando con otros estudios. E-mail: berbesimesa@gmail.com T 910022124 M 674824308